Arturo de las Heras (presidente de ANCYPEL) y el papel de la universidad en la formación de profesionales preparados para el futuro

Arturo de las Heras (presidente de ANCYPEL) y el papel de la universidad en la formación de profesionales preparados para el futuro

En las últimas dos décadas, el panorama laboral ha experimentado una metamorfosis sin precedentes. La evolución tecnológica, la globalización y otros factores han redefinido la forma en que los profesionales desempeñan sus funciones. Ante este escenario cambiante, resulta imperativo cuestionar si las profesiones también han evolucionado para adaptarse a las demandas y desafíos del siglo XXI.

Las instituciones de educación superior desempeñan un papel fundamental en la preparación de los futuros trabajadores para un entorno laboral en constante transformación. Su responsabilidad radica en brindar a los estudiantes las herramientas y conocimientos necesarios para enfrentar los retos que se les presentarán en sus respectivas profesiones.

Es vital que las universidades se mantengan actualizadas y en sintonía con las necesidades del mercado laboral, de manera que los graduados estén debidamente preparados para afrontar los desafíos que se les presenten.

En este contexto, Arturo de las Heras, presidente del Grupo Educativo CEF-UDIMA y de ANCYPEL (Asociación Nacional de Centros y Proveedores de e-Learning), ha compartido su visión sobre el papel de la universidad en la formación de profesionales preparados para el futuro. Lo hizo durante su intervención en el Curso de Verano de la UCM en San Lorenzo del Escorial, a iniciativa del Ilustre Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid, titulado "Retos y oportunidades de las profesiones", donde compartió su experiencia y conocimientos en una mesa redonda con Victoria Ortega, presidenta en funciones de Unión Profesional, y Juan Cayón, rector de la Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología (UDIT), moderada por Manuel Lamela, presidente de Acountax y Fundación Lafer.

La necesidad de una verdadera autonomía universitaria

De las Heras advirtió sobre la necesidad de dotar a las universidades de una auténtica autonomía, más allá del discurso, con el fin de facilitar su desarrollo, progreso y eficacia en el proceso de aprendizaje de los alumnos. Lamentó lo que calificó como una "superregulación" que impide a las instituciones académicas dar los pasos necesarios para satisfacer las demandas de las empresas, las cuales se encuentran necesitadas de ocupar empleos para los que no encuentran profesionales acreditados.

"Por un lado, intentamos unas cosas y, por otro, hay una superregulación; es lo mismo que lo de la autonomía universitaria… ¡pero si no tenemos ninguna autonomía!", se lamentaba Arturo de las Heras.

Acercando las universidades al mundo empresarial

De las Heras sugirió que, quizá cambiando un poco el marco regulatorio, las universidades tendrían más facilidad para aproximarse al mundo empresarial y cumplir mejor con lo que el alumno espera de sus docentes y de la institución en sí misma.

A colación de este asunto, el presidente de ANCYPEL refirió a la asociación que preside, a la que pertenecen muchos centros no universitarios dedicados a formar para el empleo. Esto plantea la cuestión sobre la utilidad de la formación universitaria si no conduce al hallazgo de un empleo de calidad.

"Muchas veces la Universidad quiere hacer más cosas o simplemente se quiere acercar a la empresa, pero tenemos tantas cortapisas que convierte en complicado, por ejemplo, que hagamos investigaciones conjuntas, públicas y privadas, donde aún nos miran un poco con desconfianza", afirmó.

Por ello, De las Heras afirmó la oportunidad, cuando no la necesidad, de "repensar cuál es el lugar de la Universidad". Su papel como generador de empleo es innegable, tal como lo demuestran los porcentajes de desempleo, que disminuyen cuanto mayor es el nivel de estudios alcanzado.

"Donde está el gran problema es en quien no termina sus estudios. Esos son el gran problema, porque a un universitario sí que le puedes reciclar en estas nuevas tecnologías, pero a alguien que con dificultades acabó el colegio no se recicla en nada", recordó.

Para Arturo de las Heras, lo que en realidad persigue un grado universitario "es darte un sentido común suficiente como para que, cuando llegues al trabajo, cuando termines tus estudios, te puedas especializar, bien haciendo un máster o bien haciendo un curso".

En definitiva, según De las Heras, los grados universitarios deben "dotar a las personas de la capacidad y del análisis crítico para poder desarrollar cualquier profesión", y a partir de ahí, "la empresa tiene la obligación de formarle y de irle adaptando a su necesidad concreta".

Como colofón a sus consideraciones, Arturo de las Heras aseveró que "estamos en un momento en el que los cambios se van produciendo poco a poco, pero creo que la Universidad va a ser capaz de adaptarse. Viene adaptándose desde hace casi mil años, no en vano".

Otros temas abordados en el curso

A lo largo de la jornada, se abordaron otros temas relevantes, como el acceso a la profesión y los códigos deontológicos, de la mano de Juan Carlos Estévez, presidente del Consejo General de Procuradores de España, y Joaquín Merchán, presidente del Consejo General de los Colegios de Graduados Sociales.

Resulta imposible abordar el tema de la evolución de las profesiones sin mencionar el papel de la tecnología, en particular, la inteligencia artificial (IA). La creciente automatización de tareas y procesos laborales está transformando la naturaleza de muchas profesiones, generando la necesidad de adaptación por parte de los trabajadores. La IA plantea desafíos y oportunidades que deben ser considerados por aquellos que buscan mantenerse relevantes en sus respectivos campos laborales.

Además de la inteligencia artificial, el mundo virtual también presenta retos significativos para las profesiones. La creciente digitalización de los procesos laborales y la necesidad de habilidades tecnológicas han redefinido las competencias requeridas en diversos ámbitos profesionales. Es crucial que los trabajadores estén preparados para enfrentar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece el entorno digital.

Ante este panorama de cambios acelerados, es imprescindible poner a debate los retos más importantes que enfrentan las profesiones en los próximos años. La capacidad de adaptación se vuelve fundamental para garantizar la relevancia y sostenibilidad de las distintas profesiones en un entorno laboral en constante evolución.

¿Están las profesiones preparadas para adaptarse a estos desafíos o corren el riesgo de quedar obsoletas? Esta es una interrogante que merece ser abordada con seriedad y profundidad, ya que de ello depende el futuro de numerosos trabajadores y el desarrollo de la sociedad en su conjunto.